We'll miss you little Anneke...(espanol)

Algunos de ustedes ya escucharon lo que pasó y algunos de ustedes todavía no tenían ni idea.

Creí que en la tarde del miércoles 21 de Julio solo tendríamos las buenas noticias del sexo del bebe y que todo iba a ser como un cuento de hadas, con nuevos planes, nuevas aventuras, y más que nada muchos más preparativos; pero Dios obviamente también ya tenía sus planes también. Esa misma tarde, a través de ultrasonidos, nos enteramos que ya no había latido de corazón en nuestro bebé. Al principio solo fue un gran shock. Si teníamos pequeñas sospechas de que algo no andaba bien en los últimos días porque ya no sentía sus hermosas pataditas diarias que tanto me hacían sonreír por las tardes y las noches, pero siendo los dos principiantes en esto de bebes no supimos que sería algo tan grave.

Tuvimos tiempo de regresar a casa para llorar, abrazarnos y contactar a nuestras familias para darles la triste noticia, antes de tener que regresar al hospital en la noche a comenzar contracciones por medio de píldoras para que naciera el bebé. Todo fue tan rápido. Las contracciones llegaron más fuertes antes de que cualquiera de las enfermeras o doctoras lo esperaran y la bebe llegó. Estaba hermosa, todo estaba formado, pudimos ver cada detalle en su cara y su boquita, sus brazos y manos, los dedos de sus pies, sus orejitas… Solo había estado formándose por poco más de 5 meses, por eso estaba tan chiquita, pero para mí y mi esposo se veía perfecta. La abrazamos, tocamos su piel que se enfriaba tan rápido y la llamamos Anneke(Anaka) Marie Feliciano-Brito. Tuvimos mucha ayuda de las enfermeras y doctora quienes nos mostraban los pasos a seguir en lo que se nos hacia tan inesperado y desconocido. Recibimos mucho apoyo y amor de todas ellas y nos explicaron las decisiones que íbamos a tener que tomar acerca de las opciones en la funeraria y también de los estudios de salud a seguir. Pero pudimos disfrutar un ratito más viendo a Anneke, examinando los pequeños detalles y lo que las manos de Dios formaban dentro de mi vientre. Hicimos memorias que espero nunca se borren de nuestras mentes.

Después de eso pronto me llevaron a la ambulancia que me transferiría a un hospital en una ciudad más grande para que siguieran con los estudios porque yo todavía estaba muy enferma y tenía tantas anomalías en mi cuerpo que todavía no sabían cómo tratar. Mi esposo regreso a la casa a encargarse de unas cosas antes de manejar hacia Sioux Falls a quedarse conmigo por los siguientes días a cuidarme. Los primeros días estuve con fiebres muy altas, en muchas medicinas, con mucho dolor y medio adormecida todo el tiempo. Pero aun así nuestra familia seguía en contacto y recibíamos llamadas frecuentes que nos alentaban y la noticia de que ambas de nuestras mamás vendrían a darnos su apoyo y cuidado en estas circunstancias tan difíciles. El viernes me comencé a sentir mejor, casi no necesite de ninguna de las drogas para el dolor. Sé que las oraciones de muchos de ustedes que sabían por lo que estábamos pasando son las que no ayudaron a sanar físicamente, emocionalmente y espiritualmente.

El viernes por la mañana recibimos la visita del capellán del hospital, una persona a la que no conocíamos pero con la que nos conectamos fácilmente porque es nuestro hermano en la fe. Oramos con él, nos trajo consuelo y fue como un abrazo del cielo. Más tarde nos visitó el pastor de la iglesia Covenant, el pastor que tanto nos muestra su cariño y nos abre los brazos , el es el pastor que nos casó en nuestra pequeña boda civil/servicio en Estados Unidos antes de tener la boda más grande en México. Fue otra caricia de cielo, la mano de Dios alcanzándonos para darnos su consuelo. También recibimos la visita de otro pastor hispano, pastor Arturo, un buen amigo que tenemos por aquí, vino el con su esposa y nos trajeron mucho consuelo también, ánimos y deliciosa comida casera hispana! Yo no había podido comer nada los últimos días pero esa misma tarde me dieron permiso de comer así que pude disfrutar de un poco del festín que nos trajeron. Aunque no teníamos a mucha familia carnal cerca, la otra familia que tenemos, la de la fe, nos trajo mucho aliento, descanso, calma paz, gozo, entre tantas otras bendiciones. Claro que con ellos también compartimos nuestro dolor, el dolor que sentimos por haber perdido tan pronto a nuestra pequeña, pero a pesar del dolor, aun sentimos la presencia de Dios, y confiamos que Él sabe lo que hace cuando hace las cosas, porque El es Dios, El es el Creador de la Tierra, y el nos ha enseñado que podemos confiar en lo que Él decide, porque lo que hace lo hace con amor. Compartimos unas de nuestras lagrimas con ellos y con nuestra familia, pero también compartimos sonrisas, porque sabemos que nuestra pequeña ya está con el Señor y cuando la volvamos a ver, ella será hermosa y perfecta, será completa, una nueva creación porque esa es una de las promesas que Dios nos da en su palabra. Sea cuando sea que la volvamos a ver, podremos estar con ella y con mucha otra querida familia por toda la eternidad. Esa es una de las más grandes promesas que nos mantiene fuertes y seguros.

Eso no significa que no podamos llorar también, y sufrir por la vida que se perdió en esta tierra. Nuestro pecado en este mundo es lo que provoca este tipo de sufrimiento y estas enfermedades, lo cual es muy triste. Y para todo hay un tiempo, y nosotros tuvimos y seguiremos teniendo tiempo para lamentarnos y recordar la vida de Anneke.

Más noche del mismo viernes llegó la placentera visita de ¡mi suegra! mamá de Josué. Fue otro beso de Dios. Y también nos enteramos que en la siguiente semana estaremos esperando la llegada de mi mamá también y mi hermana Aziel. Dios nos moldea, nos hace humildes, nos recuerda que El es Dios y que El tiene sus perfectos planes que nosotros no entendemos, pero El nos sana también, nos da los medios y nos acaricia por medio de muchas circunstancias y muchas personas. El nos ha ido sanando poco a poco, y fue triste llorar y fue aun mejor poder sonreír después de haber llorado.

De parte de Josué:

Dios ha sido bueno con nosotros, a pesar de la perdida de nuestra hijita Anneke (Anaka) pues nos ha demostrado que El sigue con nosotros en estos momentos tan difíciles.

P.D. Todo esto ha transcurrido desde el miércoles 21 de julio hasta el día de hoy. Lamentamos hacerles saber a muchos de ustedes de esta noticia tan tarde pero es algo que mi esposa y yo decidimos para poder tener un tiempo para llorar y estar bien con ello.

Tal vez nunca sanaremos emocionalmente su partida completamente, como muchas otras cosas que pasan en la tierra y que no entendemos, pero aquel día que lleguemos al cielo la veremos y sanaremos completamente su partida y sanaremos todas las heridas que en la tierra sufrimos y sufriremos.